Hace pocos días Aytana publicaba en su muro un tema que no nos deja indiferentes, una canción de amor, de hermandad entre mujeres, mujeres fuertes, mujeres de sol, de arena, de agua y fuego.
Aytana nació en Cuba y se crió entre Corte de leña (la finca de sus abuelos) y Placetas, un municipio de la provincia de Sancti Spiritus, y por esas causalidades que tiene la vida, llegó a la Habana y se enamoró del teatro, de la guitarra y también del que es hoy su compañero Osmany Castillo (Maneco), también trovador, cantautor y enamorado de la poesía.
Ahora vive en España, en Benimaurell, también llamado Poble de Dalt , en la provincia de Alicante, donde también radica “ Juglarteatro” que es la compañía de teatro que forma junto a su compañero Maneco.
Ella es madre de Amel y Anya. Ella corre con los pies descalzos y canta desde el corazón, es por eso que sus canciones tienen esa luz que envuelve y se desliza por la memoria, se quedan ahí después de escucharlas y es que ella habla de libertad, de empoderamiento, de amaneceres, habla de ellas, de nosotras, de la grandeza de la mujer: mujer madre, mujer canción, mujer de agua.
Gracias Aytana por compartir con nosotros tu poesía.
“En el borde del camino hay una silla…” No te sientes, sigue el trillito de tu corazón y deja tus alas al viento.
Tiene mucha belleza este artículo.
Un saludo!